Y los que vimos las pelis Disney originales en ‘latino’ nos horrorizan Sirenitas racializadas y Blanca Nieves woke con actores ‘reales’, se nos erizan las escarpias con Beetlejuice a punto de una coreografía de TikTok o no entendemos la necesidad de unos cazafantasmas sin humor noventero o si de verdad necesitamos un nuevo Karate Kid a estas alturas de la peli.
Nos queda el consuelo de ver a nuestros héroes de siempre arrastrarse por pantalla mientras Hollywood les pasa por la piedra del rejuvenecimiento digital. Véase Indiana Jones 5. O The Matrix Resurrections, donde Neo parece más un profesor de yoga que el elegido. O Blade Runner 2049, que visualmente es una locura, pero la mitad de los que la vieron no sabían quién era Deckard y la otra mitad no entendía si era humano o no.
¿Y sabes qué? No pasa nada. Esto es lo que hay. Vivimos en la era de los referentes reciclados. Cada generación necesita de los suyos, aunque no se haya ‘inventado nada nuevo’ y aunque sus ‘versiones’ sean versiones de los nuestros.
Porque sí, a ti te marcó Mad Max con Mel Gibson; pero para un chaval de 18, el referente es Fury Road, con Charlize Theron dándolo todo en modo furiosa, mientras Tom Hardy dice tres palabras en toda la peli. Cada uno con su locura postapocalíptica.